Cómo manejar las rabietas infantiles

¿Qué son y cuándo aparecen?

Las rabietas son como cualquier otro comportamiento de la etapa infantil. Surgen a los dos años y pueden alargarse hasta los cuatro. Muchos padres temen su llegada porque no saben cómo manejarlas, ya que hasta ese momento son ellos los únicos que toman decisiones. Lo que ocurre a partir de esta edad es que los niños empiezan a ser más autónomos y quieren reafirman su personalidad y conocer cuáles son las normas y límites. No obstante, como otras etapas ésta también se vuelve menos intensa con el paso del tiempo. 

¿Cómo expresan los niños las rabietas?

Cuando un niño tiene una rabieta puede llorar intensamente, gritar, patalear, tirarse al suelo, pegar, morderse o morder a los demás, romper cosas, insultar, darse cabezazos, rehuir a los que se acercan o aferrarse a ellos, faltar al respeto, tener dolores de cabeza o estómago, aguantar la respiración, negarse a comer o dormir, sufrir pesadillas… 

Son tan intensas la frustración, rabia o tristeza que sienten en algunas situaciones que noson capaces de tener en cuenta el contexto. Los niños imitan muchas de las conductas de los adultos, por eso hay que evitar gritarles y actuar con calma. Cuando están desbordados suelen comportarse de manera agresiva, se hacen daño y atacan a los que están cerca. Comentarios como “tonto”, “no te quiero” o “eres mala”  transmiten su sufrimiento, no hay que tomárselo personalmente, pero sí que puedes explicarle que lo que ha dicho hace daño y no es la manera de conseguir lo que desea.  

Consejos para superar una rabieta

  • Anticiparse a las situaciones problemáticas. Como padres sabéis o podéis intuir lo que le enfada (irse del parque, comer algo que no le gusta, irse a la cama, negarse a comprar algo que desea del supermercado, etc.), por eso mismo decirle que se va aproximar el momento de iros o adelantarle lo que vais a hacer, hace más fácil que lo interiorice y llegue a aceptarlo. 

 

  • No actuar con enfado. Ante una rabieta lo peor que puedes hacer es ponerte a su altura, los gritos y malas formas solo empeoran la situación. Procura hablar con tranquilidad y transmitirle que le entiendes y quieres ayudarle. También es importante que te mantengas firme con la respuesta que des, de esta manera comprenderá que las rabietas no le van a servir para conseguir lo que quiere. Recuerda que las emociones se contagian, si te mantienes sereno su enfado durará tan solo unos minutos. 

 

  • Utilizar explicaciones cortas y esperar a que se calme. Si tu hijo está alterado debes hacerle entender que así no puedes escucharle. No intentes razonar con él durante la rabieta, evita las explicaciones largas y utiliza el contacto físico si se puede (un abrazo, por ejemplo). Acompañar y enseñarle estrategias para que se tranquilice como respirar o contar hasta 10 sonun acierto seguro. Una vez que esté calmado podéis hablar de lo que ha pasado y cómo afrontarlo de otra forma la próxima vez que suceda. 

 

  • Dar dos opciones. No conseguir lo que queremos es muy frustrante, por eso ofrecerle una alternativa o solución similar puede ayudar y mucho. 

Desde Psana esperamos que esta información os sirva para superar las rabietas de vuestros hijos con éxito, ¡os leemos en comentarios!