«Soy un desastre», «estoy solo/a», «nunca mejoraré», «debería trabajar», «les doy pena y están hartos de mí». ¿Te suenan todos estos pensamientos? La depresión es una enfermedad que afecta a todas las áreas de nuestra vida. Cuando estamos deprimidos, todos los pensamientos que aparecen en nuestra mente son negativos, sentimos un cansancio extremo, incluso hay estudios que dicen que las personas ven los colores más apagados.
A continuación, trataré de explicar cómo se origina la depresión y poco a poco va invadiendo a la persona. Además de esto, explicaré por qué hoy en día sigues sufriendo depresión, es decir, qué es lo que estás haciendo para que hoy en día tu problema se mantenga.
¿Cómo se origina la depresión?
La depresión se produce cuando el sujeto sufre una pérdida. No tiene que ser material, puede ser una separación, la pérdida de un trabajo, un cambio en el estilo de vida que se perciba como negativo, tener que estudiar mucho para una oposición, etc. Esta percepción subjetiva produce un gran impacto a nivel emocional, el cual se traduce a dos niveles:
- La aparición de pensamientos negativos: ¡no voy a poder soportarlo!, ¿Por qué me tiene que pasar a mí?, etc.
- La presencia de sensaciones emocionales y físicas desagradables: problemas de sueño, ganas de no hacer nada, llanto, etc.
Como consecuencia de los pensamientos negativos y las sensaciones corporales y emocionales desagradables, se produce lo que llamamos «la inercia». Esto quiere decir que la persona no tiene ganas de hacer nada y, actuará como tal. Lo primero que se deja de hacer son actividades agradables, que implican disfrute para las personas sufridoras: salir con amigos, hacer deporte, etc. Cada vez se tienen más pensamientos oscuros y nuestro cuerpo queda invadido por sensaciones desagradables que nos impiden disfrutar de aquello con lo que antes lo pasábamos bien.
El pez que se muerde la cola
Dejar de hacer actividades placenteras se percibe como una mayor sensación de pérdida, por lo que se genera mayor malestar y se deja de hacer más cosas. Sin darnos cuenta nos encontramos metidos en un bucle que se conoce como «la trampa de la depresión«. Si no cortamos esto, lo siguiente será no afrontar situaciones que consideramos obligatorias, como ir a trabajar, y en última instancia, el abandono de la higiene corporal.
Si te sientes identificado con lo comentado anteriormente, el mejor consejo que te puedo dar es que te pongas en manos de un especialista de la conducta humana, persona que sabrá, mediante diferentes técnicas o estrategias cortar el círculo vicioso en el que te encuentras y comenzar posteriormente a trabajar con esos pensamientos negativos incapacitantes.